Hace años apliqué a una posición gerencial que me “encantó”.
Apenas la leí, me hizo “clic”.
Yo no cumplía con el 100% de los requisitos.
Pero encontré las “equivalencias” con mi experiencia previa.
Completé tanto una aplicación en línea como una prueba escrita.
Sin embargo, no logré superar lo más importante:
La entrevista.
Aún recuerdo aquel email que decía:
“Lamentablemente no ha sido seleccionada para esta posición”.
O, entre líneas:
“Gracias por participar, aquí tiene su ‘canastita’ con golosinas…”
(amargas me supieron por obvias razones).
Pero hubo una línea en ese correo totalmente inesperada:
“Gisselle, queremos brindarte feedback en una llamada”.
(Ya me supieron un poco mejor las golosinas).
Y abrí la canastita…
Con sentimientos encontrados, acepté.
Al día siguiente, conversé con la “gerente contratante”.
Recibí los comentarios de una profesional “top 10”.
Y este extracto de lo que me compartió fue clave:
“Gisselle, tienes un perfil excelente, hiciste una gran prueba escrita, sabemos que puedes aportar muchísimo. Pero durante la entrevista… percibimos agotamiento y frustración de tu parte. Transmitiste mucha angustia por dejar tu empleo actual. Fue retador seguir el ritmo en tus respuestas. Y no fue fácil relacionar tus habilidades y logros a esta posición”.
¡Bingo!
O sería mejor:
¡Que repartan el caaake!
Sí, esa era mi “canastita”.
Y estaba llena de golosinas.
Mi aprendizaje
Gracias a esa conversación de 30 minutos, supe que había saboteado una entrevista importante por llegar cargada de ansiedad y extremadamente cansada.
Con el único objetivo de comunicar (mi desesperación por renunciar en aquel entonces) sin detenerme a realmente conectarme con la vacante en cuestión.
No era para menos… trabajaba 70 horas semanales, buscaba empleo y criaba a mi hija de apenas dos años.
Ya había aplicado a más de 400 vacantes…
Era obvio que llegué quemada a la entrevista…
Sí, aquel puesto parecía “ideal”, pero luego de la llamada supe que realmente no se alineaba conmigo, ni con mis no negociables.
Los no negociables son aquellas creencias en la vida con las que nunca estarías en contra. Por ejemplo, uno de mis no negociables es: “La cena se toma temprano, en familia y siempre hay sobremesa”.
Tener este conjunto de valores definidos de antemano, de manera congruente con tus actos y creencias, te da mejor claridad en tus objetivos.
Esto te permite una búsqueda de empleo más intencional.
Así, sobrellevar el proceso es más fácil.
Desde ese momento, mi forma de aplicar a vacantes cambió.
En adelante, me comprometí a:
• Tomarme el tiempo en analizar si las vacantes se alineaban conmigo.
• Aplicar con estrategia: más calidad que cantidad de aplicaciones.
• Prepararme de antemano para las entrevistas, siempre.
• Compartir mis experiencias y logros con más intención, menos presión.
Le di más propósito a mi búsqueda de empleo.
Al llegar a las entrevistas, sentía mucha menos ansiedad.
Me conectaba realmente con las vacantes de mi interés.
Esto fue clave para destacar como candidata en las entrevistas.
Y así conseguí ofertas de empleo, incluso en plena pandemia.
Mis consejos y recursos gratis:
Cuando te pregunten por tus motivaciones para aplicar a esa vacante, imagina un iceberg…
Quédate sobre la superficie (parte visible) cuando te sientas tentado(a) a hacer una catarsis de tu empleo actual (o anteriores).
Mejor haz lo siguiente:
• Comparte solo información relevante, lo esencial.
• Respeta siempre la confidencialidad.
• Enfócate en lo positivo.
• Transmite tus valores e innegociables.
Por ejemplo:
• Si casi no se pueden tomar vacaciones, prueba decir: “Me encantaría pertenecer a un equipo/empresa en donde sea conveniente tomar vacaciones cuando realmente lo necesito”.
• O si solo te pasan factura en la evaluación de desempeño, cámbialo por: “Busco oportunidades de recibir feedback de manera regular de mi supervisor”.
Así es, dale la vuelta a la tortilla. ¿Te suena? ¡Genial! ¿Nunca lo habías escuchado? Date la vuelta e inspírate.
Y, al hablar acerca de tus habilidades y conocimientos, profundiza… Ve por debajo de la superficie del iceberg:
• Brinda detalles de manera concisa, clara y directa.
• Comparte tu experiencia estratégicamente.
• Proyecta madurez profesional.
• Demuestra por qué eres adecuado(a) para el puesto.
Y recuerda:
• Estudia toda la información posible acerca del sector, empresa/entidad, departamento o unidad en donde se encuentra la vacante.
• Busca la equivalencia de lo que has hecho antes y prepárate para hablar sobre resultados positivos y logros atribuibles a ti.
Entre menos experiencia tengas para el puesto al que aspiras, más profunda debe ser tu preparación.
Yo me estrellé (literalmente contra un iceberg).
Transmití profundamente mi desesperación por dejar ese empleo y solo superficialmente el porqué era la candidata ideal.
Quedé como el Titanic…
Y para que no te dejen fría como a mí…
Te regalo una plantilla estratégica para crear tu rompehielo (“ice breaker”) en entrevistas, perfecta para cuando te pregunten:
• ¿Qué te motivó a aplicar a esta posición y para trabajar con nosotros?
• ¿Por qué consideras que eres el candidato ideal para este puesto?
• ¿Por qué deseas dejar tu empleo actual?
SOBRE MÍ:
Hola, soy Gisselle, y transformé mi búsqueda de empleo en un proceso intencional, logrando ofertas incluso en sectores donde no tenía experiencia previa.
Quiero que sepas que sí es posible ir más allá de una sola hoja de vida y reconocer todo tu recorrido profesional.
Mi propósito es guiarte a conectar con tu trayectoria de manera auténtica y alineada a tus valores e innegociables.
Si lo anterior resuena contigo, anótate aquí en la única la única Newsletter en donde aprenderás a: Aplicar a vacantes con más claridad y a tener entrevistas más efectivas.
Al unirte, recibirás gratis mi Kit Estratégico con 5 recursos para que comiences a aplicar menos, pero mejor…
¡Muchas gracias por leerme! 💛
Hasta muy pronto,
Gisselle
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Quiero que sepas que sí es posible ir más allá de una sola hoja de vida y reconocer todo tu recorrido profesional.
Mi propósito es guiarte a conectar con tu trayectoria de manera auténtica y alineada a tus valores e innegociables.
Si sientes que ha llegado el momento de reconocer todo tu recorrido profesional para aplicar a vacantes con claridad y confianza, estaré encantada de acompañarte si me lo permites.
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