En unos meses mi hija cumplirá ocho años.

Aún le encanta que le lean cuentos y apapachen antes de dormir.

En ocasiones mi esposo y yo conversamos si debemos hacer un alto.

Pero siempre coincidimos que, por el momento, ella no está lista… ni nosotros tampoco.

Y cada noche, mientras la observo dormir, agradezco poder realmente estar presente.

Pues sé lo que es creer que se “está” …y descubrir inesperadamente que no es así.

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La tarde en que me vi desde afuera

Cuando mi pequeña tenía dos años, luego de su siesta,

quería seguir durmiendo en brazos.

En ese entonces, yo tenía un empleo de altísima demanda.

Trabajaba desde casa y, afortunadamente, tenía una cuidadora.

Igual, mi hija se escabullía en mi oficina buscando que la acurrucara.

Con mi pequeña dormida en un brazo, seguía trabajando con el otro que me quedaba libre.

Y llegó aquella tarde de viernes en particular.

Quería desconectarme temprano y llevar a mi hija al parque.

Pero dos entregables pendientes me apretaban el pecho.

La cuidadora justo ya no estaba en casa.

Mi hija se despertó; la cargué como siempre para que siguiera durmiendo.

Pero ella enseguida sintió mi ansiedad.

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Ahí supe que algo no estaba bien

Mi hija se bajó de mis brazos sin que yo dijera nada.

Fue por su almohada y se acurrucó en el sofá de la oficina.

Seguí trabajando.

Pero cargada de culpa y con celos de aquel sofá…

Y en ese instante, supe que algo no estaba bien.

Me llegó el aha-moment…

El problema no era el sofá. Era mi agotamiento extremo.

Llevaba meses aplicando activamente a vacantes.

Y, en paralelo, seguía con un empleo muy demandante.

Criaba en “diferido”, mi mente nunca paraba de correr.

Trabajaba 60 – 70 horas semanales.

Cumplía con mis otros roles,

y además buscaba empleo desesperadamente.

Enviando el mismo CV a toda vacante que veía.

Sin rumbo, solo por marcar el “ganchito”

para sentirme un poco mejor…

pues al menos “aplicaba”.

Pero, a pesar de mis esfuerzos, no veía resultados.

Poco a poco, esta situación me consumía.

Y entonces me di cuenta de que estaba: Aplicando por Aplicar.

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El día que decidí “Aplicarme al Aplicar”

Esa tarde me hizo ver que debía redefinir mis no negociables.

Esas creencias de vida con las cuales jamás estaría en desacuerdo.

Y no solo en mi vida personal, sino también en mi búsqueda de empleo.

Porque cuando no reconoces tus valores y tus límites antes… puedes terminar agotándote al extremo al buscar trabajo.

Aplicando sin propósito. En piloto automático.

Así que me detuve.

Empecé a prepararme bien.

A investigar antes de aplicar.

A identificar qué vacantes realmente hacían clic conmigo.

Valoré por primera vez más la calidad que la cantidad.

Le quité la presión a mi intención de encontrar otro empleo.

Y reduje drásticamente la cantidad de aplicaciones que enviaba.

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Más aplicaciones no es igual a más resultados

Lo sé.

Es lo que te dice la mayoría:

Más vacantes = más posibilidades.

Pero la realidad es otra.

Aplicar a vacantes en exceso dispersa tus esfuerzos y disminuye tu energía.

Te desconecta de reconocer tus logros,

y reflexionar en dónde has brindado tu contribución máxima.

De recordar con estrategia la cotidianidad,

lo que has resuelto en el día a día.

De tomarte el tiempo de anotar y de usar esta información a tu favor…

Y por eso sigues enviando el mismo CV, una y otra vez.

¿Y qué pasa entonces?

Te frustras.

Te agotas.

En cambio, cuando aplicas con intención:

• Analizas bien la vacante.

• Te visualizas en el rol.

• Encuentras similitudes con tu experiencia.

• Personalizas tu CV, resaltas tu factor X.

• Y te preparas para una potencial entrevista desde que aplicas.

Esto es Aplicarte al Aplicar.

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Priorizar también es proteger tu energía

Si quieres conocer más a qué me refiero, te recomiendo que

leas Esencialismo, de Greg McKeown.

Hay una cita que ha significado para mí un antes y un después:

La prioridad: proteger nuestra capacidad de priorizar.

Buscar empleo mientras sobrellevas otras responsabilidades es complejo.

Lo sé.

Por eso, cada sentada frente al computador debe valer la pena.

Esto es crucial.

Permítete respetar tu energía, tus tiempos.

Recuerda tu historia profesional…

Y compártela de manera personalizada en cada CV que envíes.

Anímate a aplicar con claridad.

A separar y dedicar ese tiempo de manera intencional.

Como escuché alguna vez en una conferencia: “Cada NO que dices es un SÍ a ti mismo(a).”

Y para mí, cada NO para aplicar a muchísimas vacantes, es un SÍ para prepararte de manera integral desde que aplicas, conectar con la vacante.

Y, de llegar a entrevistas, lograr destacar.

Es simple:

Menos vacantes. Más claridad.

Menos cantidad. Más calidad.

Menos ansiedad. Más conexión.

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Aplicarse al aplicar a vacantes no es hacer más

Aquí cito nuevamente a McKeown

y su idea central en el libro Esencialismo:

no se trata de hacer más, sino de hacer mejor en cada área de nuestra vida.

Muchas aplicaciones a vacantes diluyen nuestras energías,

y solemos obtener menores resultados.

Por ende, llegamos a un nivel de frustración alto en poco tiempo.

En cambio, al enfocarnos en enviar más calidad

que cantidad de aplicaciones,

le damos más propósito a nuestros esfuerzos

y podemos lograr progresos más significativos.

Hay una frase muy sencilla de Esencialismo,

y que fue la inspiración de la edición de este mes.

Aquí te la dejo para que te acompañe,

si resuena contigo, claro está:

“Menos, pero mejor.”

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📌Consejos + Recursos gratis para que apliques menos, pero mejor

Aquí te comparto 5 pasos para hacerlo sin agotarte en el proceso:

1. Haz una lista de tus logros; ten claro cómo tus acciones dieron resultados.

2. Elige vacantes que realmente conecten contigo, y que se alineen con tu experiencia.

3. Analiza la descripción del puesto y personaliza tu CV para cada aplicación, siempre.

4. Prepárate para las entrevistas desde que aplicas; ganarás claridad y confianza. Y lo más importante:

5. Define tus no negociables de antemano; te guiarán a aplicar con propósito.

Quizás te estés preguntando, ¿qué es esto de los “no negociables”? Bien, son aquellas creencias en la vida con las que nunca estarías en contra.

Tener este conjunto de valores definidos

y de manera congruente con tus actos y creencias

aclara tus objetivos.

Permitiéndote aplicar a vacantes con más intención.

Así sobrellevas mejor el proceso.

Te aplicas al aplicar a vacantes.

📥 Y si no sabes por dónde empezar…

Te regalo un checklist para que desde HOY potencies tu proceso de aplicación a vacantes.

Encontrarás:

✔ +10 pasos para prepararte y personalizar tu CV.

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SOBRE MÍ:

Hola, soy Gisselle, y transformé mi búsqueda de empleo en un proceso intencional, logrando ofertas incluso en sectores donde no tenía experiencia previa.

Quiero que sepas que sí es posible ir más allá de una sola hoja de vida y reconocer todo tu recorrido profesional.

Mi propósito es guiarte a conectar con tu trayectoria de manera auténtica y alineada a tus valores e innegociables.

Si lo anterior resuena contigo, anótate aquí en la única la única Newsletter en donde aprenderás a: Aplicar a vacantes con más claridad y a tener entrevistas más efectivas.

Al unirte, recibirás gratis mi Kit Estratégico con 5 recursos para que comiences a aplicar menos, pero mejor…

¡Muchas gracias por leerme! 💛

Hasta muy pronto,

Gisselle

✨Aplícate al Aplicar a vacantes, ¡siempre!

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